Me detuve a analizar el despilfarro de la sociedad
me mandé a trazar los subterráneos
que del Cairo nadie se pudo librar
y me di con la sorpresa
que en el mar la vida no es más sabrosa.
He dispuesto que debo escribir 6 o 7 más
que las espinas de un pez. (y le refiero de los peces pequeños)
Es momento de sumergir la procrastinación
en lo más ondo del silencio,
para darle paso a la cruel obstinación.
Atte.
La vagancia