Un sonido tan vivaz como la clave ejemplar del cantor respingador del oyente,
hace que sultimente el amante impenetrable sosoye sus ultimos versos de dolor,
y bajo un claro susurro la dama de alado reposa sus manos bajos su vientre ya herido.
Herido por el sudor y el calor del terror que mancho de rojo vino las ganas de vivir, de oir y de sentir
de ambos fascinadores del mundo inerte.
Todo se alejo ya, no hay mas oscuridad que sus mentes,
un afamable caballero de verde se inclina ante ambos
los amantes inmutables a cualquier momiviento, esperaron, se ocultaron
y bajaron su cabeza en señal de nada
de un nada que ni ellos se pueden explicar,
ya no habia lugar para los juegos
ni mil francos podian hacerlos dudar
El cambio se daria,
y el hombre de verde se alejo
Gotas de sudor rozan sus manos
el cambio era inevitable
ambos se pararon, entraron
y se preparon a entrar al mundo mas caotico que algun vez pudieron imaginar
El silencio se portaba en ellos como una lapida que cargarian en sus frentes
el mundo se acerca, lo saben
no hay risas, ni lagrimas,
no hay sonido, ni silencio
El hombre de verde vuelve a entrar
ya estan listos, o quizas no
y de pronto,
nada, ya no habia nada
el problema se acabo
o recien empezo?
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