Un brinco de ataque

Voltio y sin darse cuenta unos pasitos iban tras sus huellas,
giró de nuevo, pero ya estaban sobre él
Desgarradora fue tal escena,
la impotencia de su cuerpo ante el ataque lo hizo impacientarse, moverse, tropezarse y caer sobre el pavimento frío y desolado de cualquier ser vivo.
Solo ante tal infamia decidió lanzarse sobre el estanque a dos metros.
Finalmente, logró ganar..

Aquellas pulgas asesinas habían acabado con casi tres cuartos de la sangrecita de Félix, el perro de la tienda de Don Juan.
Ahora cansado de perseguir su cola y tratar de alcanzar aquellas pulgas locas sobre su lomo, decidió descansar sobre el estanque, sin reparar que en el vivían espantosos zancudos y larvas que harían del descanso de Félix el más dulce de sus insomnios.

"El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados"

"Si una idea no es absurda al principio, entonces no merece la pena"

Albert Eistein.

No quisiera ser un pez..

Para no mojar mi nariz en tu pecera

y no hacer roches acuaticos por donde quiera ... (bis)

Ley de la gravedad

Paso tres mil quinientas cuarenta y cuatro horas viendo como una bolsa de aire cae desde el techo del edificio sesenta y dos de la calle treinta y cinco de la vida. Cada bamboleo que remarca al caer se retuerce entre el viento. Un agujero en el penetra contra el vacio. Caerá de pronto, sus pasos hacia el suelo se van acortando y el aire se va acabando.

Pero quién dijo que tenía que caer, la ley de la gravedad no es real, a Newton le cayó la manzana en la cabeza y así vio el mundo de revés. Es que acaso no hemos nacido para volar. Y así la lanzó otra vez, y paso quinientas cuarenta y cinco horas viendo como una bolsa de aire caía desde su techo.

¿What so serious?

Payaso, ¿En verdad eres un triste payaso?

Un demente risueño que atemoriza y da risa

Un zapatón flaco y sin ataduras

Provocador de courlrofobia y otras fobias

Si en un inicio fuiste chino, ¿Por qué no tienes los ojos jaladitos?

Se dice que todo empezó en los años previos a la construcción de la gran muralla que lo separó todo, que un emperador deseaba pintarla, pero un bufón sin desenfreno lo detuvo en el intento. Luego este gran bufón evolucionó para convertirse en un "hombre frívolo", terminología usada para señalar ha aquellos caminantes, sin dinero en los bolsillos, cuyos tropiezos y pésimas burlas servían para imitar al señor más poderoso del imperio. Esta forma de producir burla, luego fue divisada en la ciudad de los calatos y dioses, Grecia, por ahí en los 2000 años, antes de que naciera tu vieja. En los intermedios y finales de cada obra teatral se representaba una parodia de lo visto, en donde Cicirro, payaso romano, alcanzó la fama máxima. La historia podría continuar con los payasos de las cortes, por ahí en la edad de los feudales y los castillitos que solíamos construir con Lego, pero dejaríamos al blog entero de este burlón que sin reparo nos imitaría o asustaría, que al fin y al cabo es lo mismo.