Que tal sueño de importación que tuve hoy.
Eran las 8:00 aeme, y se hizo tarde,
sin un movimiento de conciencia,
movi brazos y piernas
para alcanzar al renacuajo que me esperaba
en la acera de al frente.
Grande fue mi sorpresa
al ver que el sueño había caído espeso,
como esa taza amarga de café que dejé
tres días antes de caer en el sueño.
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